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Discutiendo sobre cosas muy trascendentes con mi amigo y colega don Sebastián Olaso, nos encontramos ante la siguiente paradoja:
Supongamos que: “La pelota rompió el jarrón” .
Desde un punto de vista puramente sintáctico, el sujeto de esta oración es: “La pelota”.
Sin embargo, una pelota es un objeto y por ello no podría (semánticamente hablando) haber llevado la acción de motu propio, es decir, sin la intervención de algún otro sujeto. La oración real, entonces, podría haberse leído:
“Alguien rompió el jarrón de un pelotazo.”
y la cosa hubiese sido más simple, porque ese “alguien” sí representa a un sujeto, aunque no sepamos con exactitud, a quién.
Pero el no saber “quién” es ese sujeto, según el criterio del derecho, nos ubica frente a un vacío legal: hay un damnificado, pero no hay determinación fáctica del culpable y esto podría demorar la exigencia de una sanción y/o indemnización punitoria o resarcitoria retroactiva, sin renuncia a otros derechos por parte del actor (que en este caso no sería el sujeto, sino el dueño del objeto del predicado).
Desde el punto de vista policial, el sujeto se dio a la fuga y se desconoce aún su paradero.
Teniendo en cuenta la visión de la sociología, la pelota es un sujeto social reflejo de las masas de trabajadores revelándose ante la explotación capitalista (representada claramente en el jarrón, que era antiguo, con bordes de oro e ideogramas de la dinastía Ming).
Desde un punto de vista arqueológico, la reconstrucción del jarrón podría ayudarnos a descubrir secretos ancestrales. Quizás el arqueólogo no se hubiese acercado a estudiar este jarrón si no hubiera recibido el impacto que generó su ruptura y entonces, el sujeto, deja de ser un anónimo pateador de pelotas, para convertirse en un heroico colaborador de la cultura.
Para la propietaria, todo esto ha sido de una gran pena, ya que el jarrón se lo había heredado la abuela y al sujeto más le valdría no aparecerse a reclamar la pelota.
Psicológicamente hablando, antes de determinar el “quién”, deberíamos indagar acerca de “qué” representa la pelota, qué nos significa o como nos resuena el jarrón, y qué implicancias tiene todo esto respecto de la ruptura y del anonimato del sujeto.
Desde la parapsicología, la pelota claramente fue poseída por el alma en pena de un sujeto que en vida odió al artesano que confeccionó el jarrón (o a su dueña actual o a cualquier otra persona; todo es posible: las almas en pena a veces se confunden).
Desde la física, difícilmente podamos hallar respuestas en cuanto a la existencia del sujeto, pero sí podríamos determinar cuan fuerte ha de haber sido el impacto para quebrar al jarrón en tantos pedazos, o qué hubiese ocurrido si por azar el jarrón no se hubiese interpuesto en la trayectoria directa de la pelota.
Pero el azar entra en el campo de la estadística o, incluso, de alguna corriente filosófica; es decir: ¿Existiría el sujeto si la pelota no hubiese impactado en el jarrón? ¿Se habría oído el estallido del jarrón si un sujeto no hubiese estado allí?
Desde un punto de vista metafísico, todos somos de alguna manera el sujeto que pateo la pelota, y el pesimista nos dirá que nada de esto importa, porque a la larga o a la corta, el jarrón se hubiese destruido igual.
Desde un saber religioso, ese “alguien” o este “todos”, es dios que nos ha puesto una prueba más en el camino.
Astrológicamente hablando, hoy, no fue un buen día para el jarrón.
>Ekaterina escribe:
>--------------
>Merece la pena ver solo una mirada de sus bellos ojos.
Luz en los ojos y en la mirada,
luz en los besos y en la sangre,
luz en la piel y en la sonrisa,
luz en los sueños y en el alma
¡Еsо еs ... la luz!
No tengo nada más que añadir
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RECOMENDACIÓN RELATIVA A LOS ANIMALES PARA PELETERÍA
Adoptada por el Comité Permanente el 22 de junio de 1999
.............................
PERRO MAPACHE (Nyctereutes procyonoides)
El perro mapache, nativo del Asia Oriental, se introdujo en Norteamérica y en Rusia entre 1927 y 1953: a partir de estos 9.100 animales iniciales, se ha propagado por toda Europa del Norte y del Este. En Finlandia la población es relativamente estable. La cría en granja de la especie se inició en 1972, a partir de individuos capturados en la naturaleza......................"
Adoptada por el Comité Permanente el 22 de junio de 1999
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PERRO MAPACHE (Nyctereutes procyonoides)
El perro mapache, nativo del Asia Oriental, se introdujo en Norteamérica y en Rusia entre 1927 y 1953: a partir de estos 9.100 animales iniciales, se ha propagado por toda Europa del Norte y del Este. En Finlandia la población es relativamente estable. La cría en granja de la especie se inició en 1972, a partir de individuos capturados en la naturaleza......................"
Quién es el sujeto a lo b0lud0?
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Discutiendo sobre cosas muy trascendentes con mi amigo y colega don Sebastián Olaso, nos encontramos ante la siguiente paradoja:
Supongamos que: “La pelota rompió el jarrón” .
Desde un punto de vista puramente sintáctico, el sujeto de esta oración es: “La pelota”.
Sin embargo, una pelota es un objeto y por ello no podría (semánticamente hablando) haber llevado la acción de motu propio, es decir, sin la intervención de algún otro sujeto. La oración real, entonces, podría haberse leído:
“Alguien rompió el jarrón de un pelotazo.”
y la cosa hubiese sido más simple, porque ese “alguien” sí representa a un sujeto, aunque no sepamos con exactitud, a quién.
Pero el no saber “quién” es ese sujeto, según el criterio del derecho, nos ubica frente a un vacío legal: hay un damnificado, pero no hay determinación fáctica del culpable y esto podría demorar la exigencia de una sanción y/o indemnización punitoria o resarcitoria retroactiva, sin renuncia a otros derechos por parte del actor (que en este caso no sería el sujeto, sino el dueño del objeto del predicado).
Desde el punto de vista policial, el sujeto se dio a la fuga y se desconoce aún su paradero.
Teniendo en cuenta la visión de la sociología, la pelota es un sujeto social reflejo de las masas de trabajadores revelándose ante la explotación capitalista (representada claramente en el jarrón, que era antiguo, con bordes de oro e ideogramas de la dinastía Ming).
Desde un punto de vista arqueológico, la reconstrucción del jarrón podría ayudarnos a descubrir secretos ancestrales. Quizás el arqueólogo no se hubiese acercado a estudiar este jarrón si no hubiera recibido el impacto que generó su ruptura y entonces, el sujeto, deja de ser un anónimo pateador de pelotas, para convertirse en un heroico colaborador de la cultura.
Para la propietaria, todo esto ha sido de una gran pena, ya que el jarrón se lo había heredado la abuela y al sujeto más le valdría no aparecerse a reclamar la pelota.
Psicológicamente hablando, antes de determinar el “quién”, deberíamos indagar acerca de “qué” representa la pelota, qué nos significa o como nos resuena el jarrón, y qué implicancias tiene todo esto respecto de la ruptura y del anonimato del sujeto.
Desde la parapsicología, la pelota claramente fue poseída por el alma en pena de un sujeto que en vida odió al artesano que confeccionó el jarrón (o a su dueña actual o a cualquier otra persona; todo es posible: las almas en pena a veces se confunden).
Desde la física, difícilmente podamos hallar respuestas en cuanto a la existencia del sujeto, pero sí podríamos determinar cuan fuerte ha de haber sido el impacto para quebrar al jarrón en tantos pedazos, o qué hubiese ocurrido si por azar el jarrón no se hubiese interpuesto en la trayectoria directa de la pelota.
Pero el azar entra en el campo de la estadística o, incluso, de alguna corriente filosófica; es decir: ¿Existiría el sujeto si la pelota no hubiese impactado en el jarrón? ¿Se habría oído el estallido del jarrón si un sujeto no hubiese estado allí?
Desde un punto de vista metafísico, todos somos de alguna manera el sujeto que pateo la pelota, y el pesimista nos dirá que nada de esto importa, porque a la larga o a la corta, el jarrón se hubiese destruido igual.
Desde un saber religioso, ese “alguien” o este “todos”, es dios que nos ha puesto una prueba más en el camino.
Astrológicamente hablando, hoy, no fue un buen día para el jarrón.
>Ekaterina escribe:
>--------------
>Merece la pena ver solo una mirada de sus bellos ojos.
Luz en los ojos y en la mirada,
luz en los besos y en la sangre,
luz en la piel y en la sonrisa,
luz en los sueños y en el alma
¡Еsо еs ... la luz!
No tengo nada más que añadir
“El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza”.
Werner Holzwarth / Wolf Erlbruch
Todo empezó cuando, un día, el topo asomó la cabeza por su agujero para ver si ya había salido el sol:
(Aquello era gordo y marrón; se parecía un poco a una salchicha… y lo peor de todo: le fue a caer justo en la cabeza).
“¡Qué ordinariez!” Chilló el topo. “¿Se puede saber quién se ha hecho esto en mi cabeza?”
(Pero era tan corto de vista que no pudo descubrir a nadie).
“¿Has sido tú la que se ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó a la paloma, que volaba por allí en aquel momento.
“¿Yo? Ni hablar… ¡Yo eso lo hago así!”, contestó la paloma.
(Y, plas, un goterón húmedo y blancuzco se estrelló en el suelo, justo al lado del topo, y le salpicó la pata derecha).
“¿Has sido tú el que se ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó al caballo que pacía en el prado.
“¿Yo? Ni hablar… ¡Yo eso lo hago así!”, contestó el caballo.
(Y, pof, pof, cinco boñigas grandes y redondas cayeron pesadamente case rozando al topo, que se quedó muy impresionado).
“¿Has sido tú el que se ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó a la liebre.
“¿Yo? Ni hablar… ¡Yo eso lo hago así!”, contestó la liebre:
(Y, ra ta ta ta ta, quince balines redondos silbaron en los oídos del topo, que tuvo que dar un salto arriesgado para que no le alcanzaran).
“¿Has sido tú el que se ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó a la cabra, que acababa de despertarse de un sueño agradable..
“¿Yo? Ni hablar… ¡Yo eso lo hago así!”, contestó la cabra:
(Y, tac toc, tac, un montón de pelotillas de color bombón rodaron por la hierba. Al topo casi le gustaron).
“¿Has sido tú el que se ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó a la vaca, que estaba rumiando como siempre.
“¿Yo? Ni hablar… ¡Yo eso lo hago así!”, contestó la vaca:
(Y, chaf, un pastelón marrón-verdoso se chafó en la hierba, muy cerca del topo. El topo se alegró muchísimo de que no hubiera sido la
vaca quien se hubiera hecho aquello en su cabeza).
“¿Has sido tú el que se ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó a la cerda.
“¿Yo? Ni hablar… ¡Yo eso lo hago así!”, contestó la cerda:
(Y, flop, una masa pequeña, oscura y blandita cayó en la hierba. El topo se tapó la nariz).
“¿Habéis sido vosotros lo que os habéis hecho esto en mi ca…?”, fue a preguntar de nuevo. Pero, cuando se acercó, vio que se trataba de dos moscas negras y gordas. Estaban comiendo. “¡Por fin alguien que me podrá ayudar!”, pensó el topo. “¿Sabéis quién se
ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó muy deprisa.
“Espera un poco”, zumbaron las moscas. Y al cabo de un rato contestaron: “Está claro. Ha sido un perro”.
Por fin sabía el topo quién se había hecho aquello en su cabeza:
¡Hermenegildo, el perro del carnicero!
Veloz como un rayo se encaramó en la caseta de Hermenegildo…
(Y, plin, una habichuela diminuta y negra aterrizó justo en la cabeza del perro).
Y feliz y contento, el topo volvió a desaparecer dentro de su agujero.
Werner Holzwarth / Wolf Erlbruch
Todo empezó cuando, un día, el topo asomó la cabeza por su agujero para ver si ya había salido el sol:
(Aquello era gordo y marrón; se parecía un poco a una salchicha… y lo peor de todo: le fue a caer justo en la cabeza).
“¡Qué ordinariez!” Chilló el topo. “¿Se puede saber quién se ha hecho esto en mi cabeza?”
(Pero era tan corto de vista que no pudo descubrir a nadie).
“¿Has sido tú la que se ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó a la paloma, que volaba por allí en aquel momento.
“¿Yo? Ni hablar… ¡Yo eso lo hago así!”, contestó la paloma.
(Y, plas, un goterón húmedo y blancuzco se estrelló en el suelo, justo al lado del topo, y le salpicó la pata derecha).
“¿Has sido tú el que se ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó al caballo que pacía en el prado.
“¿Yo? Ni hablar… ¡Yo eso lo hago así!”, contestó el caballo.
(Y, pof, pof, cinco boñigas grandes y redondas cayeron pesadamente case rozando al topo, que se quedó muy impresionado).
“¿Has sido tú el que se ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó a la liebre.
“¿Yo? Ni hablar… ¡Yo eso lo hago así!”, contestó la liebre:
(Y, ra ta ta ta ta, quince balines redondos silbaron en los oídos del topo, que tuvo que dar un salto arriesgado para que no le alcanzaran).
“¿Has sido tú el que se ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó a la cabra, que acababa de despertarse de un sueño agradable..
“¿Yo? Ni hablar… ¡Yo eso lo hago así!”, contestó la cabra:
(Y, tac toc, tac, un montón de pelotillas de color bombón rodaron por la hierba. Al topo casi le gustaron).
“¿Has sido tú el que se ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó a la vaca, que estaba rumiando como siempre.
“¿Yo? Ni hablar… ¡Yo eso lo hago así!”, contestó la vaca:
(Y, chaf, un pastelón marrón-verdoso se chafó en la hierba, muy cerca del topo. El topo se alegró muchísimo de que no hubiera sido la
vaca quien se hubiera hecho aquello en su cabeza).
“¿Has sido tú el que se ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó a la cerda.
“¿Yo? Ni hablar… ¡Yo eso lo hago así!”, contestó la cerda:
(Y, flop, una masa pequeña, oscura y blandita cayó en la hierba. El topo se tapó la nariz).
“¿Habéis sido vosotros lo que os habéis hecho esto en mi ca…?”, fue a preguntar de nuevo. Pero, cuando se acercó, vio que se trataba de dos moscas negras y gordas. Estaban comiendo. “¡Por fin alguien que me podrá ayudar!”, pensó el topo. “¿Sabéis quién se
ha hecho esto en mi cabeza?”, preguntó muy deprisa.
“Espera un poco”, zumbaron las moscas. Y al cabo de un rato contestaron: “Está claro. Ha sido un perro”.
Por fin sabía el topo quién se había hecho aquello en su cabeza:
¡Hermenegildo, el perro del carnicero!
Veloz como un rayo se encaramó en la caseta de Hermenegildo…
(Y, plin, una habichuela diminuta y negra aterrizó justo en la cabeza del perro).
Y feliz y contento, el topo volvió a desaparecer dentro de su agujero.
creo que en todas ediomas hay que buscar algo semejante solo en ejemplos que usen en el habla o libros.. yo misma no se como decir muchas palabras en espanol sin buscarles in diccionari..
Claro esta que todos los colombianos no son narcotraficantes, pero lo son en potencia.
En potencia - Que no es o no existe, pero tiene posibilidad de ser o de existir en el futuro: sin serlo, es un científico en potencia.
En potencia - Que no es o no existe, pero tiene posibilidad de ser o de existir en el futuro: sin serlo, es un científico en potencia.
Vasili Axionov
El 6 de julio murió en Moscú el escritor Vasili Axionov. ¿Alguien lo ha leído? En castellano, en estas lejanas y australes latitudes, sólo pude conseguir un librito de él, "Colegas", una de sus primeras obras. Sé que fue un escritor importante para una generación, muy leído por los adolescentes. Y que formó parte del legendario almanaque MetrOpol. Me gustaría conocer sus opiniones sobre este escritor. Gracias.
El fundador de la ciudad de Odesa (Ucrania) fue José de Ribas y Boyons (Ósip Mijáilovich Deribás /Осип Михайлович Дерибас). Deribás, como le conocen en la antigua URSS, nació en 1750 en el seno de una familia noble procedente de Catalunya. Su padre era el Barcelonés Miguel de Ribas.
Por cierto, la calle principal de Odesa se llama "Deribasovska", es decir, calle de "De Ribás".
Por cierto, la calle principal de Odesa se llama "Deribasovska", es decir, calle de "De Ribás".
La reseña de algo es simplemente un resumen (escrito o oral) que por supuesto figura en alguna parte. Si la "interveción" en cuestión es un escrito, pues la reseña figura en el documento que se le ha llamado así. Si la "interveción" ha sido oral, pues por supuesto que la reseña es oral. Por si el resumen no basta el notario agrega, adjunta una fotocopia del texto integral.
En mi primera juventud vi por TVE una gran película que maravilló. Sólo sabía que era de un ruso. Luego al cabo de los años supe que era de un tal Tarkovski y el filme "Nostalgia". Ésta junto con Stalker son las películas de él que más me sorprenden.
"El agua" es uno de los elementos simbólicos que casi siempre aparece en sus películas. ¿Es propio o aparece en la poesía de su padre también?
"El agua" es uno de los elementos simbólicos que casi siempre aparece en sus películas. ¿Es propio o aparece en la poesía de su padre también?
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