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>Adelaida Arias escribe:
>--------------
>tras las elecciones presidenciales en Bielorrusia, tuvo lugar una protesta frente la Casa del Gobierno en Minsk que reunió a más de 30 mil personas. La policia junto con fuerzas especiales a palos había terminado la manifestación. Han caído presos más de 600 personas. Para ellos esto significa quedarse en la calle, sin trabajo, sin estudios. Y tienen familias, hijos, padres. Una hora de un abogado cuesta 100 dolares y el sueldo promedio no llega ni a 500 mensuales. Nosotros aquí les llevamos a los presos ropa, libros, papel higiénico, reunimos dinero para ayudar a las familias de los presos, para prestarles soporte jurídico, médico y etc.
En mi opinión, discutir entre los usuarios del foro acerca del aspecto político de este asunto no nos va conducir a nada más que a enfados y discusiones estériles, porque en política al igual que en religión, cada uno tiene sus ideas y raramente se aleja de ellas por mucho que se discuta. Por eso, propongo que nos centremos en el aspecto puramente humanitario de este problema para ver si así tenemos un mayor consenso en ayudar a los afectados, que en definitiva es lo más importante y lo más urgente.
Desde el punto de vista estrictamente humanitario, el comentario de Adelaida que he citado arriba me parece más que loable, y creo que en él se justifica bien la petición de ayuda para los detenidos y sus familias. Por mi parte, prometo hacer una modesta aportación económica, y me sumo a su petición de solidaridad. Hoy son los bielorrusos los que necesitan ayuda, en otro tiempo fuimos los españoles, y mañana quién sabe quienes serán los necesitados. Quizá quienes menos se lo esperan. En estos tiempos de crisis económica, política, y sobre todo moral, nadie está a salvo.
Espero, Adelaida, que nadie de tu familia o de tu círculo cercano de amigos se encuentre entre los detenidos o entre los heridos en los disturbios. Deseo que todo se solucione de la mejor forma posible para todos los afectados, y que la libertad, la paz y la concordia reinen en tu país.
Mis mejores deseos para el pueblo bielorruso.
Saludos y Feliz Año Nuevo para todos los usuarios del foro.
5
-Has de saber Libertador, que esta es la profecía final. -Dijo uno de de los monjes.
-El fin de un milenio de injusticia y opresión.
-Y el comienzo de nuestro destino de grandeza! - Los monjes hablaban por turno, parecían tener el asunto bien estudiado, repetido hasta el cansancio.
-Aquí en esta piedra, está escrita nuestra historia pasada y futura.
-Hace mil años, uno de nuestros monjes mas sabios, puso en esta piedra, el producto de sus alucinaciones místicas.
-He aquí, algo que te interesará. Como puedes ver en la piedra, está tu retrato y se dicen muchas cosas sobre ti...
-Que dice de mi? Preguntó Marco.
-Dice que tú serás el que acabará con nuestro último dictador, en el último año de este milenio. El que terminará la última dictadura de cien años, la mas larga y mas cruel que nuestro grandioso pueblo haya sufrido.
-¿Como? ¿Han tenido mil años de dictaduras?
-Si, hemos tenido un destino desgraciado. No hemos tenido mucha suerte.
-Pero.....¿ Nunca cambiaron de gobernante?
-Ho! Si. En estos mil años hemos tenido muchos falsos Libertadores.
-¿Falsos libertadores?
Si. Cuando nuestros gobernante se hacían viejos o eran muy pocos listos, surgían los libertadores que terminaban la dictadura anterior , pero, con el tiempo, ellos mismos se convertían en los opresores de turno.
Hasta ahora, todo funcionó así, mas, esta profecía dice que esta será la última gran dictadura: “la dictadura de los cien años”.
Tú serás el artífice de este final de todas las dictaduras.
Serás el que acabe con el “Gran devorador”...
¿El gran devorador?
Si, lo nombramos así, al dictador que nos gobierna ahora,: “ El gran devorador de dictadores” . Pues en su momento él nos libró de la dictadura de “Gulo, el Angurriento”, un dictador adicto a las comilonas.
¿Este Devorador, hace cien años que los gobierna ?
Sí , esta ha sido la dictadura mas larga, pero, será la última, como dice esta infalible profecía.
¿Cuando fue la última ves que lo vieron a este Devorador?
Hace cincuenta años.
Hace cincuenta años los tres máximos sacerdotes de la triada celestial, fueron a rogarle clemencia por los altos impuestos y tributos con que sometía al pueblo.
Los tres sacerdotes no volvieron a salir del palacio.
El Devorador acabó con ellos. Ante este sacrilegio, nos vimos obligados a doblar los impuestos y tributos. Estos han sido cincuenta años de mayores sufrimientos y sacrificios.
Diez años antes de la desaparición de los tres sacerdotes, el Devorador había abandonado la lujuria y el goce de mujeres, que disfrutó por demasiados tiempo , para dedicar su ánimo a la gula y la avaricia.
Aquí comenzaron sus exigencias en oro, piedras preciosas, perlas, joyas y festines culinarios absurdos.
Desde entonces, todos los días, estamos obligados a enviar a palacio
manjares de todo tipo y bebidas espirituosas difíciles de encontrar y pagar.
Todos los meses le enviamos joyas y riquezas sin número, para evitar su furia infinita.
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>Adelaida Arias escribe:
>--------------
>tras las elecciones presidenciales en Bielorrusia, tuvo lugar una protesta frente la Casa del Gobierno en Minsk que reunió a más de 30 mil personas. La policia junto con fuerzas especiales a palos había terminado la manifestación. Han caído presos más de 600 personas. Para ellos esto significa quedarse en la calle, sin trabajo, sin estudios. Y tienen familias, hijos, padres. Una hora de un abogado cuesta 100 dolares y el sueldo promedio no llega ni a 500 mensuales. Nosotros aquí les llevamos a los presos ropa, libros, papel higiénico, reunimos dinero para ayudar a las familias de los presos, para prestarles soporte jurídico, médico y etc.
En mi opinión, discutir entre los usuarios del foro acerca del aspecto político de este asunto no nos va conducir a nada más que a enfados y discusiones estériles, porque en política al igual que en religión, cada uno tiene sus ideas y raramente se aleja de ellas por mucho que se discuta. Por eso, propongo que nos centremos en el aspecto puramente humanitario de este problema para ver si así tenemos un mayor consenso en ayudar a los afectados, que en definitiva es lo más importante y lo más urgente.
Desde el punto de vista estrictamente humanitario, el comentario de Adelaida que he citado arriba me parece más que loable, y creo que en él se justifica bien la petición de ayuda para los detenidos y sus familias. Por mi parte, prometo hacer una modesta aportación económica, y me sumo a su petición de solidaridad. Hoy son los bielorrusos los que necesitan ayuda, en otro tiempo fuimos los españoles, y mañana quién sabe quienes serán los necesitados. Quizá quienes menos se lo esperan. En estos tiempos de crisis económica, política, y sobre todo moral, nadie está a salvo.
Espero, Adelaida, que nadie de tu familia o de tu círculo cercano de amigos se encuentre entre los detenidos o entre los heridos en los disturbios. Deseo que todo se solucione de la mejor forma posible para todos los afectados, y que la libertad, la paz y la concordia reinen en tu país.
Mis mejores deseos para el pueblo bielorruso.
Saludos y Feliz Año Nuevo para todos los usuarios del foro.
SMQ:
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Fray Luis de León
ODA XII
A FELIPE RUIZ
¿Qué vale cuanto vee,
do nace y do se pone, el sol luciente,
lo que el Indio posee,
lo que da el claro Oriente
con todo lo que afana la vil gente?
El uno, mientras cura
dejar rico descanso a su heredero,
vive en pobreza dura
y perdona al dinero
y contra sí se muestra crudo y fiero;
el otro, que sediento
anhela al señorío, sirve ciego
y, por subir su asiento,
abájase a vil ruego
y de la libertad va haciendo entrego.
Quien de dos claros ojos
y de un cabello de oro se enamora,
compra con mil enojos
una menguada hora,
un gozo breve que sin fin se llora.
Dichoso el que se mide,
Felipe, y de la vida el gozo bueno
a sí solo lo pide,
y mira como ajeno
aquello que no está dentro en su seno.
Si resplandece el día,
si Éolo su reino turba, ensaña,
el rostro no varía
y, si la alta montaña
encima le viniere, no le daña.
Bien como la ñudosa
carrasca, en alto risco desmochada
con hacha poderosa,
del ser despedazada
del hierro torna rica y esforzada;
querrás hundille y crece
mayor que de primero y, si porfía
la lucha, más florece
y firme al suelo invía
al que por vencedor ya se tenía.
Esento a todo cuanto
presume la fortuna, sosegado
está y libre de espanto
ante el tirano airado,
de hierro, de crueza y fuego armado;
«El fuego —dice— enciende;
aguza el hierro crudo, rompe y llega
y, si me hallares, prende
y da a tu hambre ciega
su cebo deseado, y la sosiega;
¿qué estás? ¿no ves el pecho
desnudo, flaco, abierto? ¿Oh, no te cabe
en puño tan estrecho
el corazón, que sabe
cerrar cielos y tierra con su llave?;
ahonda más adentro;
desvuelva las entrañas el insano
puñal; penetra al centro;
mas es trabajo vano,
jamás me alcanzará tu corta mano.
Rompiste mi cadena,
ardiendo por prenderme: al gran consuelo
subido he por tu pena;
ya suelto encumbro el vuelo,
traspaso sobre el aire, huello el cielo.»
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Fray Luis de León
ODA XII
A FELIPE RUIZ
¿Qué vale cuanto vee,
do nace y do se pone, el sol luciente,
lo que el Indio posee,
lo que da el claro Oriente
con todo lo que afana la vil gente?
El uno, mientras cura
dejar rico descanso a su heredero,
vive en pobreza dura
y perdona al dinero
y contra sí se muestra crudo y fiero;
el otro, que sediento
anhela al señorío, sirve ciego
y, por subir su asiento,
abájase a vil ruego
y de la libertad va haciendo entrego.
Quien de dos claros ojos
y de un cabello de oro se enamora,
compra con mil enojos
una menguada hora,
un gozo breve que sin fin se llora.
Dichoso el que se mide,
Felipe, y de la vida el gozo bueno
a sí solo lo pide,
y mira como ajeno
aquello que no está dentro en su seno.
Si resplandece el día,
si Éolo su reino turba, ensaña,
el rostro no varía
y, si la alta montaña
encima le viniere, no le daña.
Bien como la ñudosa
carrasca, en alto risco desmochada
con hacha poderosa,
del ser despedazada
del hierro torna rica y esforzada;
querrás hundille y crece
mayor que de primero y, si porfía
la lucha, más florece
y firme al suelo invía
al que por vencedor ya se tenía.
Esento a todo cuanto
presume la fortuna, sosegado
está y libre de espanto
ante el tirano airado,
de hierro, de crueza y fuego armado;
«El fuego —dice— enciende;
aguza el hierro crudo, rompe y llega
y, si me hallares, prende
y da a tu hambre ciega
su cebo deseado, y la sosiega;
¿qué estás? ¿no ves el pecho
desnudo, flaco, abierto? ¿Oh, no te cabe
en puño tan estrecho
el corazón, que sabe
cerrar cielos y tierra con su llave?;
ahonda más adentro;
desvuelva las entrañas el insano
puñal; penetra al centro;
mas es trabajo vano,
jamás me alcanzará tu corta mano.
Rompiste mi cadena,
ardiendo por prenderme: al gran consuelo
subido he por tu pena;
ya suelto encumbro el vuelo,
traspaso sobre el aire, huello el cielo.»
Aprende a leer. El post se trata de EN RELACIÓN A. Y si quieres dormir con tu Academia, es un problema tuyo.
>Barcelona написал:
>--------------
>A Gómez Torrego, al igual que otros escritores que escriben manuales del español, lo conozco desde hace muchos años y he leído todos sus libros. Ellos saben mucho, cómo no, de nuestro idioma pero no tienen ni pretenden tener más autoridad que la Real Academia. No entiendo cómo una cosa tan evidente no entre en la mollera de algunos. El idioma es de todos, pero hay establecida una jerarquía, cuya punta más alta la constituye la RAE junto con las demás Academias Asociadas del Español y de momento, a menos que no haya un cataclismo cultural no hay Torrego ni Borrego que la suplante. Por otro lado dudo, conociendo a este último, que haya escrito cosa semejante, pues es sabido que la locución AL OBJETO DE es válida.
>
>al, o con, OBJETO de.
>
>1. locs. conjunts. finales Con la finalidad de, para. Vengo al objeto de quedarme. Vengo con objeto de quedarme.
>
>al, o con, OBJETO de que.
>
>1. locs. conjunts. finales para que. Te llamo con objeto de que vengas. Vino al objeto de que recuperases tu dinero.
>
>Esto está sacado del Diccionario on line que todo el mundo puede ver en su casa.
>
>Seguramente lo que Gómez Torrego escribe (o quiso escribir y otros por ignorancia han manipulado) es que no es correcta la locución A OBJETO DE.
>
>Vean lo que advierte el Diccionario panhispánico de dudas:
>
>objeto. con (el) objeto de o al objeto de. ‘Para o con la finalidad de’: «Se comprometieron a presentar el padrón de electores con el objeto de que fuera depurado» (Expreso [Perú] 1.10.90); «Fue a ver a mi madre con objeto de ayudarla en lo que pudiera» (Leyva Piñata [Méx. 1984]); «Optó por instalarse en un pueblo de la costa, al objeto de lograr [...] una mayor concentración en su trabajo» (Goytisolo Estela [Esp. 1984]). Todas son construcciones válidas, aunque es mayoritario el uso de con (el) objeto de. Si se emplea la preposición a, no es correcta la supresión del artículo (A OBJETO de): «Los demás servicios de seguridad del Estado deben ser profundamente reestructurados A OBJETO DE desmilitarizarlos» (Hoy [Chile] 25-31.1.84). [...]
>
>Saludos a los foristas.
>
>
>
>Barcelona написал:
>--------------
>A Gómez Torrego, al igual que otros escritores que escriben manuales del español, lo conozco desde hace muchos años y he leído todos sus libros. Ellos saben mucho, cómo no, de nuestro idioma pero no tienen ni pretenden tener más autoridad que la Real Academia. No entiendo cómo una cosa tan evidente no entre en la mollera de algunos. El idioma es de todos, pero hay establecida una jerarquía, cuya punta más alta la constituye la RAE junto con las demás Academias Asociadas del Español y de momento, a menos que no haya un cataclismo cultural no hay Torrego ni Borrego que la suplante. Por otro lado dudo, conociendo a este último, que haya escrito cosa semejante, pues es sabido que la locución AL OBJETO DE es válida.
>
>al, o con, OBJETO de.
>
>1. locs. conjunts. finales Con la finalidad de, para. Vengo al objeto de quedarme. Vengo con objeto de quedarme.
>
>al, o con, OBJETO de que.
>
>1. locs. conjunts. finales para que. Te llamo con objeto de que vengas. Vino al objeto de que recuperases tu dinero.
>
>Esto está sacado del Diccionario on line que todo el mundo puede ver en su casa.
>
>Seguramente lo que Gómez Torrego escribe (o quiso escribir y otros por ignorancia han manipulado) es que no es correcta la locución A OBJETO DE.
>
>Vean lo que advierte el Diccionario panhispánico de dudas:
>
>objeto. con (el) objeto de o al objeto de. ‘Para o con la finalidad de’: «Se comprometieron a presentar el padrón de electores con el objeto de que fuera depurado» (Expreso [Perú] 1.10.90); «Fue a ver a mi madre con objeto de ayudarla en lo que pudiera» (Leyva Piñata [Méx. 1984]); «Optó por instalarse en un pueblo de la costa, al objeto de lograr [...] una mayor concentración en su trabajo» (Goytisolo Estela [Esp. 1984]). Todas son construcciones válidas, aunque es mayoritario el uso de con (el) objeto de. Si se emplea la preposición a, no es correcta la supresión del artículo (A OBJETO de): «Los demás servicios de seguridad del Estado deben ser profundamente reestructurados A OBJETO DE desmilitarizarlos» (Hoy [Chile] 25-31.1.84). [...]
>
>Saludos a los foristas.
>
>
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5
-Has de saber Libertador, que esta es la profecía final. -Dijo uno de de los monjes.
-El fin de un milenio de injusticia y opresión.
-Y el comienzo de nuestro destino de grandeza! - Los monjes hablaban por turno, parecían tener el asunto bien estudiado, repetido hasta el cansancio.
-Aquí en esta piedra, está escrita nuestra historia pasada y futura.
-Hace mil años, uno de nuestros monjes mas sabios, puso en esta piedra, el producto de sus alucinaciones místicas.
-He aquí, algo que te interesará. Como puedes ver en la piedra, está tu retrato y se dicen muchas cosas sobre ti...
-Que dice de mi? Preguntó Marco.
-Dice que tú serás el que acabará con nuestro último dictador, en el último año de este milenio. El que terminará la última dictadura de cien años, la mas larga y mas cruel que nuestro grandioso pueblo haya sufrido.
-¿Como? ¿Han tenido mil años de dictaduras?
-Si, hemos tenido un destino desgraciado. No hemos tenido mucha suerte.
-Pero.....¿ Nunca cambiaron de gobernante?
-Ho! Si. En estos mil años hemos tenido muchos falsos Libertadores.
-¿Falsos libertadores?
Si. Cuando nuestros gobernante se hacían viejos o eran muy pocos listos, surgían los libertadores que terminaban la dictadura anterior , pero, con el tiempo, ellos mismos se convertían en los opresores de turno.
Hasta ahora, todo funcionó así, mas, esta profecía dice que esta será la última gran dictadura: “la dictadura de los cien años”.
Tú serás el artífice de este final de todas las dictaduras.
Serás el que acabe con el “Gran devorador”...
¿El gran devorador?
Si, lo nombramos así, al dictador que nos gobierna ahora,: “ El gran devorador de dictadores” . Pues en su momento él nos libró de la dictadura de “Gulo, el Angurriento”, un dictador adicto a las comilonas.
¿Este Devorador, hace cien años que los gobierna ?
Sí , esta ha sido la dictadura mas larga, pero, será la última, como dice esta infalible profecía.
¿Cuando fue la última ves que lo vieron a este Devorador?
Hace cincuenta años.
Hace cincuenta años los tres máximos sacerdotes de la triada celestial, fueron a rogarle clemencia por los altos impuestos y tributos con que sometía al pueblo.
Los tres sacerdotes no volvieron a salir del palacio.
El Devorador acabó con ellos. Ante este sacrilegio, nos vimos obligados a doblar los impuestos y tributos. Estos han sido cincuenta años de mayores sufrimientos y sacrificios.
Diez años antes de la desaparición de los tres sacerdotes, el Devorador había abandonado la lujuria y el goce de mujeres, que disfrutó por demasiados tiempo , para dedicar su ánimo a la gula y la avaricia.
Aquí comenzaron sus exigencias en oro, piedras preciosas, perlas, joyas y festines culinarios absurdos.
Desde entonces, todos los días, estamos obligados a enviar a palacio
manjares de todo tipo y bebidas espirituosas difíciles de encontrar y pagar.
Todos los meses le enviamos joyas y riquezas sin número, para evitar su furia infinita.
Cómo evitar ser necio?
«Nos encontramos, pues, con la misma diferencia que eternamente existe entre el tonto y el perspicaz. El perspicaz se sorprende a sí mismo siempre a dos dedos de ser tonto; por ello hace un esfuerzo para escapar a la inminente tontería, y en ese esfuerzo consiste la inteligencia».
«El tonto, en cambio, no se sospecha a sí mismo: se parece sensatísimo, y de ahí la envidiable tranquilidad con que el necio se instala en su propia torpeza. Como esos insectos que no hay manera de extraer fuera del orificio en que habitan, no hay modo de desalojar al tonto de su tontería, llevarle de paseo un rato más allá de su ceguera y obligarle a que contraste su torpe visión habitual con otros modos de ver más sutiles».
«El tonto es vitalicio y sin poros. Por eso decía Anatole France que un necio es mucho más funesto que un malvado. Porque el malvado descansa algunas veces; el necio jamás».
Estas reflexiones de Ortega y Gasset resultan muy interesantes para todos, porque todos tenemos algo de necedad, y sobre todo porque sólo demostramos ser inteligentes cuando sabemos advertirla y escapar de ella con normalidad. Nos manifestamos inteligentes precisamente cuando advertimos que con nuestras intuiciones totalmente previsibles, con nuestra aburrida reiteración de prejuicios y estereotipos, con nuestra incapacidad para cambiar de punto de vista sobre las personas o los asuntos, o con nuestro ridículo empeño en aparecer como personas más documentadas e inteligentes de lo que somos, lo que demostramos en realidad con todo eso es que no hemos advertido que estábamos a dos dedos de ser tontos, o que lo hemos advertido pero no hemos sabido parar a tiempo.
Muy inteligentes pero tontos de remate
Todos incubamos necedad, y quizá debemos seguir el consejo de Ortega y atrevernos a dar un paseo más allá de nuestras seguridades, esforzarnos por contrastar nuestra visión de las cosas con las de otras personas, a las que quizá hasta ahora hemos menospreciado sin molestarnos mucho en entenderlas.
Ser tonto no es tener mayor o menor coeficiente intelectual. Todos conocemos personas con un CI modesto pero con una enorme sensatez. Y personas supuestamente muy inteligentes pero tan engreídas que son verdaderamente tontas. Los tontos han llegado a serlo a base de repetir actuaciones en las que les ciega una vanidad tonta, una susceptibilidad necia, una suficiencia estúpida o una envidia torpe.
Todos tenemos limitaciones, y demostramos inteligencia al advertirlas y procurar aceptarlas y superarlas poco a poco. El tonto, en cambio, no las advierte, y si las advierte, intenta disimularlas a todo trance, y eso nunca sale bien.
Contra tontería veracidad
Para no hacer el tonto, lo primero es estar dispuestos a reconocer la verdad de las cosas. "No conozco otro modo de extirpar un defecto o un vicio personal que declararlo y ponerlo sobre la mesa de la sinceridad", escribió Gregorio Marañón. Si somos sinceros advertiremos que con demasiada frecuencia nos empeñamos en mantener nuestra opinión aunque sea manifiestamente mejorable, o queremos aparentar una seguridad que no tenemos y hacemos entonces el ridículo más espantoso, o estamos demasiado pendientes de nuestro rango y resultamos patéticos.
Ser tonto tiene mucho que ver con el prejuicio y el estereotipo, pues ambos son jubilaciones del esfuerzo por pensar. Enjuiciamos todo con arreglo a lo que nos cae bien, a nuestra intuición quizá un poco apolillada por manías y obstinaciones. Nos dejamos llevar por antojos intelectuales que conducen a la ofuscación y a la terquedad. Permitimos que las ideas fijas sustituyan al pensamiento abierto y libre. Perdemos así la lozanía mental y nos aproximamos paso a paso al problema de ser tonto.
«El tonto, en cambio, no se sospecha a sí mismo: se parece sensatísimo, y de ahí la envidiable tranquilidad con que el necio se instala en su propia torpeza. Como esos insectos que no hay manera de extraer fuera del orificio en que habitan, no hay modo de desalojar al tonto de su tontería, llevarle de paseo un rato más allá de su ceguera y obligarle a que contraste su torpe visión habitual con otros modos de ver más sutiles».
«El tonto es vitalicio y sin poros. Por eso decía Anatole France que un necio es mucho más funesto que un malvado. Porque el malvado descansa algunas veces; el necio jamás».
Estas reflexiones de Ortega y Gasset resultan muy interesantes para todos, porque todos tenemos algo de necedad, y sobre todo porque sólo demostramos ser inteligentes cuando sabemos advertirla y escapar de ella con normalidad. Nos manifestamos inteligentes precisamente cuando advertimos que con nuestras intuiciones totalmente previsibles, con nuestra aburrida reiteración de prejuicios y estereotipos, con nuestra incapacidad para cambiar de punto de vista sobre las personas o los asuntos, o con nuestro ridículo empeño en aparecer como personas más documentadas e inteligentes de lo que somos, lo que demostramos en realidad con todo eso es que no hemos advertido que estábamos a dos dedos de ser tontos, o que lo hemos advertido pero no hemos sabido parar a tiempo.
Muy inteligentes pero tontos de remate
Todos incubamos necedad, y quizá debemos seguir el consejo de Ortega y atrevernos a dar un paseo más allá de nuestras seguridades, esforzarnos por contrastar nuestra visión de las cosas con las de otras personas, a las que quizá hasta ahora hemos menospreciado sin molestarnos mucho en entenderlas.
Ser tonto no es tener mayor o menor coeficiente intelectual. Todos conocemos personas con un CI modesto pero con una enorme sensatez. Y personas supuestamente muy inteligentes pero tan engreídas que son verdaderamente tontas. Los tontos han llegado a serlo a base de repetir actuaciones en las que les ciega una vanidad tonta, una susceptibilidad necia, una suficiencia estúpida o una envidia torpe.
Todos tenemos limitaciones, y demostramos inteligencia al advertirlas y procurar aceptarlas y superarlas poco a poco. El tonto, en cambio, no las advierte, y si las advierte, intenta disimularlas a todo trance, y eso nunca sale bien.
Contra tontería veracidad
Para no hacer el tonto, lo primero es estar dispuestos a reconocer la verdad de las cosas. "No conozco otro modo de extirpar un defecto o un vicio personal que declararlo y ponerlo sobre la mesa de la sinceridad", escribió Gregorio Marañón. Si somos sinceros advertiremos que con demasiada frecuencia nos empeñamos en mantener nuestra opinión aunque sea manifiestamente mejorable, o queremos aparentar una seguridad que no tenemos y hacemos entonces el ridículo más espantoso, o estamos demasiado pendientes de nuestro rango y resultamos patéticos.
Ser tonto tiene mucho que ver con el prejuicio y el estereotipo, pues ambos son jubilaciones del esfuerzo por pensar. Enjuiciamos todo con arreglo a lo que nos cae bien, a nuestra intuición quizá un poco apolillada por manías y obstinaciones. Nos dejamos llevar por antojos intelectuales que conducen a la ofuscación y a la terquedad. Permitimos que las ideas fijas sustituyan al pensamiento abierto y libre. Perdemos así la lozanía mental y nos aproximamos paso a paso al problema de ser tonto.
Perdón, el anterior texto estaba sin formato.
5
-Has de saber Libertador, que esta es la profecía final. -Dijo uno de de los monjes.
-El fin de un milenio de injusticia y opresión.
-Y el comienzo de nuestro destino de grandeza! - Los monjes hablaban por turno, parecían tener el asunto bien estudiado, repetido hasta el cansancio.
-Aquí en esta piedra, está escrita nuestra historia pasada y futura.
-Hace mil años, uno de nuestros monjes mas sabios, puso en esta piedra, el producto de sus alucinaciones místicas.
-He aquí, algo que te interesará. Como puedes ver en la piedra, está tu retrato y se dicen muchas cosas sobre ti...
-Que dice de mi? Preguntó Marco.
-Dice que tú serás el que acabará con nuestro último dictador, en el último año de este milenio. El que terminará la última dictadura de cien años, la mas larga y mas cruel que nuestro grandioso pueblo haya sufrido.
-¿Como? ¿Han tenido mil años de dictaduras?
-Si, hemos tenido un destino desgraciado. No hemos tenido mucha suerte.
-Pero.....¿ Nunca cambiaron de gobernante?
-Ho! Si. En estos mil años hemos tenido muchos falsos Libertadores.
-¿Falsos libertadores?
-Si. Cuando nuestros gobernante se hacían viejos o eran muy pocos listos, surgían los libertadores que terminaban la dictadura anterior , pero, con el tiempo, ellos mismos se convertían en los opresores de turno.
Hasta ahora, todo funcionó así, mas, esta profecía dice que esta será la última gran dictadura: “la dictadura de los cien años”.
-Tú serás el artífice de este final de todas las dictaduras.
-Serás el que acabe con el “Gran devorador”...
-¿El gran devorador?
-Si, lo nombramos así, al dictador que nos gobierna ahora,: “ El gran devorador de dictadores” . Pues en su momento él nos libró de la dictadura de “Gulo, el Angurriento”, un dictador adicto a las comilonas.
-¿Este Devorador, hace cien años que los gobierna ?
-Sí , esta ha sido la dictadura mas larga, pero, será la última, como dice esta infalible profecía.
-¿Cuando fue la última ves que lo vieron a este Devorador?
-Hace cincuenta años.
-Hace cincuenta años los tres máximos sacerdotes de la triada celestial, fueron a rogarle clemencia por los altos impuestos y tributos con que sometía al pueblo.
-Los tres sacerdotes no volvieron a salir del palacio.
El Devorador acabó con ellos. Ante este sacrilegio, nos vimos obligados a doblar los impuestos y tributos. Estos han sido cincuenta años de mayores sufrimientos y sacrificios.
-Diez años antes de la desaparición de los tres sacerdotes, el Devorador había abandonado la lujuria y el goce de mujeres, que disfrutó por demasiados tiempo , para dedicar su ánimo a la gula y la avaricia.
Aquí comenzaron sus exigencias en oro, piedras preciosas, perlas, joyas y festines culinarios absurdos.
-Desde entonces, todos los días, estamos obligados a enviar a palacio
manjares de todo tipo y bebidas espirituosas difíciles de encontrar y pagar.
-Todos los meses le enviamos joyas y riquezas sin número, para evitar su furia infinita.
5
-Has de saber Libertador, que esta es la profecía final. -Dijo uno de de los monjes.
-El fin de un milenio de injusticia y opresión.
-Y el comienzo de nuestro destino de grandeza! - Los monjes hablaban por turno, parecían tener el asunto bien estudiado, repetido hasta el cansancio.
-Aquí en esta piedra, está escrita nuestra historia pasada y futura.
-Hace mil años, uno de nuestros monjes mas sabios, puso en esta piedra, el producto de sus alucinaciones místicas.
-He aquí, algo que te interesará. Como puedes ver en la piedra, está tu retrato y se dicen muchas cosas sobre ti...
-Que dice de mi? Preguntó Marco.
-Dice que tú serás el que acabará con nuestro último dictador, en el último año de este milenio. El que terminará la última dictadura de cien años, la mas larga y mas cruel que nuestro grandioso pueblo haya sufrido.
-¿Como? ¿Han tenido mil años de dictaduras?
-Si, hemos tenido un destino desgraciado. No hemos tenido mucha suerte.
-Pero.....¿ Nunca cambiaron de gobernante?
-Ho! Si. En estos mil años hemos tenido muchos falsos Libertadores.
-¿Falsos libertadores?
-Si. Cuando nuestros gobernante se hacían viejos o eran muy pocos listos, surgían los libertadores que terminaban la dictadura anterior , pero, con el tiempo, ellos mismos se convertían en los opresores de turno.
Hasta ahora, todo funcionó así, mas, esta profecía dice que esta será la última gran dictadura: “la dictadura de los cien años”.
-Tú serás el artífice de este final de todas las dictaduras.
-Serás el que acabe con el “Gran devorador”...
-¿El gran devorador?
-Si, lo nombramos así, al dictador que nos gobierna ahora,: “ El gran devorador de dictadores” . Pues en su momento él nos libró de la dictadura de “Gulo, el Angurriento”, un dictador adicto a las comilonas.
-¿Este Devorador, hace cien años que los gobierna ?
-Sí , esta ha sido la dictadura mas larga, pero, será la última, como dice esta infalible profecía.
-¿Cuando fue la última ves que lo vieron a este Devorador?
-Hace cincuenta años.
-Hace cincuenta años los tres máximos sacerdotes de la triada celestial, fueron a rogarle clemencia por los altos impuestos y tributos con que sometía al pueblo.
-Los tres sacerdotes no volvieron a salir del palacio.
El Devorador acabó con ellos. Ante este sacrilegio, nos vimos obligados a doblar los impuestos y tributos. Estos han sido cincuenta años de mayores sufrimientos y sacrificios.
-Diez años antes de la desaparición de los tres sacerdotes, el Devorador había abandonado la lujuria y el goce de mujeres, que disfrutó por demasiados tiempo , para dedicar su ánimo a la gula y la avaricia.
Aquí comenzaron sus exigencias en oro, piedras preciosas, perlas, joyas y festines culinarios absurdos.
-Desde entonces, todos los días, estamos obligados a enviar a palacio
manjares de todo tipo y bebidas espirituosas difíciles de encontrar y pagar.
-Todos los meses le enviamos joyas y riquezas sin número, para evitar su furia infinita.
> Fernando Lázaro Carreter sigue diciendo:" Porque de entre los grupos de hablantes que ejercen un influjo más enérgico en el estado y en el curso de la lengua, destaca el formado por los periodistas, de modo principal si hablan en la radio y en la televisión, o si escriben para ellas.....
Y es que el periodismo del papel o del micro es un fenómeno muy complejo, que no permite decidir entre una u otra opción sin matices. .....ese lenguaje resulta de la persona que escribe o habla para el público, a la cual condicionan su cultura idiomática y su idea acerca del modo más eficaz de establecer comunicación con los lectores u oyentes.
.................................................. ..................
No suele tenerse en cuenta que el idioma bien empleado es bien entendido y apreciado por las personas poco instruidas, mientras que las rarezas y las extravagancias, aunque no sean percibidas por esas personas, estremecen a quien sí posee alguna instrucción. Proceder con ese tiento cuesta mucho más que hacerse notar por gestos anómalos, pues exige sentido hondo del idioma, respeto a su dificultad (nunca se puede estar seguro de su dominio) y conciencia de la dificultad que entraña la SENCILLEZ; obliga a mayor sindéresis para elegir y cambiar los tonos, y a poseer una discreta capacidad de invención para MANEJAR LOS RECURSOS COMUNES, junto con un acusado sentido de autocrítica. ES mucho más difícil llamar la atención por esas cualidades que por prevaricar - según la palabra de Cervantes-, pero la calificación que merece quien lo logra puede ser excelente.
Cuestión aparte es la de si está FACULTADO PARA INNOVAR QUIEN USA LA VOZ PUBLICA, para coadyuvar al cambio de los usos y para introducir los nuevos..............................................
.................Los cambios en el lenguaje resultan siempre, como es natural, de mutaciones en la sociedad hablante. Un idioma inmóvil certificaría la parálisis mental y hasta física de quienes lo emplean. En una comunidad viva, lo extranjero constituye siempre una tentación, sobre todo si por cualquier razón SE CONSIDERA SUPERIOR y, por tanto, DESEABLE; ......Ante este afán, la costumbre idiomática propia cede con gusto a lo nuevo, y no cabe queja alguna si ello contribuye al progreso de los hablantes. ....Quien se expresa en los medios- y, por supuesto, quien enseña en las aulas español u otra disciplina.... ha de hacerlo ENJUICIANDO SU LENGUAJE Y EL AJENO, y procurando el tiento preciso para que la novedad, la variación, la moda o, incluso, la transgresión que emplea o promueve sirva al fin de mejorar o de ampliar las posibilidades comunicativas y expresivas de la lengua. TODO AQUELLO que NO APUNTA a ese objetivo DEBERIA SER MIRADO CON CAUTELA Y CON SOSPECHA de ser mera moda, libre de correr su suerte sin apoyo..................
No caba, pues, optar por decisiones tajantes, pues casi nada es tajante y neto en la vida del idioma. Sólo cabe prevenir contra el extranjerismo superfluo......
Pero no son los extranjerismos el problema de más envergadura que debe afrontar quien habla o escribe para el público: mucho más importante, y por ello más atención merece en las páginas que siguen, es la INSEGURIDAD EN SU PROPIA LENGUA (general entre millones de ciudadanos, muchos docentes incluidos). Las infracciones que por su causa se cometen contra el uso común distan de reportar los beneficios que tantas veces es justo atribuir al influjo advenedizo, y se siguen para quien la padece dos consecuencias: yerra, y es dócil al error ajeno....................
Y es que el periodismo del papel o del micro es un fenómeno muy complejo, que no permite decidir entre una u otra opción sin matices. .....ese lenguaje resulta de la persona que escribe o habla para el público, a la cual condicionan su cultura idiomática y su idea acerca del modo más eficaz de establecer comunicación con los lectores u oyentes.
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No suele tenerse en cuenta que el idioma bien empleado es bien entendido y apreciado por las personas poco instruidas, mientras que las rarezas y las extravagancias, aunque no sean percibidas por esas personas, estremecen a quien sí posee alguna instrucción. Proceder con ese tiento cuesta mucho más que hacerse notar por gestos anómalos, pues exige sentido hondo del idioma, respeto a su dificultad (nunca se puede estar seguro de su dominio) y conciencia de la dificultad que entraña la SENCILLEZ; obliga a mayor sindéresis para elegir y cambiar los tonos, y a poseer una discreta capacidad de invención para MANEJAR LOS RECURSOS COMUNES, junto con un acusado sentido de autocrítica. ES mucho más difícil llamar la atención por esas cualidades que por prevaricar - según la palabra de Cervantes-, pero la calificación que merece quien lo logra puede ser excelente.
Cuestión aparte es la de si está FACULTADO PARA INNOVAR QUIEN USA LA VOZ PUBLICA, para coadyuvar al cambio de los usos y para introducir los nuevos..............................................
.................Los cambios en el lenguaje resultan siempre, como es natural, de mutaciones en la sociedad hablante. Un idioma inmóvil certificaría la parálisis mental y hasta física de quienes lo emplean. En una comunidad viva, lo extranjero constituye siempre una tentación, sobre todo si por cualquier razón SE CONSIDERA SUPERIOR y, por tanto, DESEABLE; ......Ante este afán, la costumbre idiomática propia cede con gusto a lo nuevo, y no cabe queja alguna si ello contribuye al progreso de los hablantes. ....Quien se expresa en los medios- y, por supuesto, quien enseña en las aulas español u otra disciplina.... ha de hacerlo ENJUICIANDO SU LENGUAJE Y EL AJENO, y procurando el tiento preciso para que la novedad, la variación, la moda o, incluso, la transgresión que emplea o promueve sirva al fin de mejorar o de ampliar las posibilidades comunicativas y expresivas de la lengua. TODO AQUELLO que NO APUNTA a ese objetivo DEBERIA SER MIRADO CON CAUTELA Y CON SOSPECHA de ser mera moda, libre de correr su suerte sin apoyo..................
No caba, pues, optar por decisiones tajantes, pues casi nada es tajante y neto en la vida del idioma. Sólo cabe prevenir contra el extranjerismo superfluo......
Pero no son los extranjerismos el problema de más envergadura que debe afrontar quien habla o escribe para el público: mucho más importante, y por ello más atención merece en las páginas que siguen, es la INSEGURIDAD EN SU PROPIA LENGUA (general entre millones de ciudadanos, muchos docentes incluidos). Las infracciones que por su causa se cometen contra el uso común distan de reportar los beneficios que tantas veces es justo atribuir al influjo advenedizo, y se siguen para quien la padece dos consecuencias: yerra, y es dócil al error ajeno....................
21.2.5 Uso de los números para identificar las horas
21.2.5a Para identiicar las horas se usan los nombres de los números (que son
sustantivos) precedidos por el artículo determinado. Este es singular en la una y sus
fracciones (la una y cuarto) y plural en las demás designaciones horarias, incluido el
cero: las cero horas ‘las 12:00 p.m.’. La pregunta sobre la hora se forma en singular:
¿Qué hora es?, aunque también se registra el plural en la lengua coloquial: ¿Qué horas
son?
21.2.5b Son dos, fundamentalmente, las estructuras gramaticales que se usan
para identiicar la hora en el mundo hispánico. La primera se emplea en contextos
institucionales, administrativos y técnicos, y no con la misma extensión en todos
los países. Consiste en designar mediante un número del cero al veintitrés cada una
de las horas del día:
La campaña durará desde mañana lunes hasta el próximo domingo, con horario de 10 a
14 horas y de 16 a 20 horas (País [Esp.] 12/2/1980); Elisa llegó a la estación de Atocha, en
el Talgo 200, a las 13 horas y 17 minutos del lunes 26 de marzo (Gala, Invitados); Eran las
ocho y cuarenta y cuatro minutos (Borges, Ficciones).
Para indicar los minutos, alternan en este sistema la expresión yuxtapuesta (a las
tres veinte, restringida a algunos países) y la coordinada (a las tres y veinte), así como
la presencia y la ausencia de los sustantivos horas y minutos: a las tres horas veinte,
a las tres horas y veinte minutos, a las tres horas y veinte.
21.2.5c En la otra estructura se utilizan solo los numerales del uno al doce y, a in
de evitar la ambigüedad, es frecuente añadir un complemento con de referido a la
parte del día. Estos complementos son variables en función de países y costumbres,
pero gozan de preferencia los subrayados en las nueve de la mañana, las dos de la
tarde, las diez de la noche, las tres de la madrugada (o de la mañana). A las referencias
indicadas cabe añadir del mediodía, que en el español americano suele concebirse
como un punto coincidente con las doce, y en el europeo como un intervalo de límites
difusos: Establecieron una cita para encontrarnos a las dos del mediodía (García Morales,
Lógica); A la una del mediodía, Jano se sumergía en las azuladas aguas de la
piscina (Colinas, Año). En la lengua escrita, la especiicación de la parte del día se
hace a veces recurriendo a la expresión a. m. si es antes de mediodía (las 10 a. m. = las
diez de la mañana) o a p. m. si es después (las 10 p. m. = las diez de la noche).
21.2.5d En este último sistema, las fracciones que exceden de la hora se añaden
mediante la conjunción y: las once y veinticinco de la mañana, las dos y diez. Se considera
incorrecta la variante con la preposición sobre: veinticinco sobre las once. Las
fracciones de quince minutos pueden expresarse en números arábigos, pero lo normal
es que se recurra a las palabras cuarto y media (las nueve y cuarto, las siete y
media). Cuando la fracción supera la media hora, la mención se hace habitualmente
aludiendo a los minutos que faltan para la hora siguiente: {un cuarto ~ al cuarto
~ cuarto} para las siete (variante preferida en la mayor parte de los países americanos)
o las siete menos cuarto (variante más usada en España). Las fracciones de
cuartos de hora no se usan en el sistema de numeración de cero a veintitrés.
21.2.5e Cuando se expresa la hora mediante números arábigos, las fracciones se
indican en minutos del 0 al 59 en ambos sistemas. Para separar en la lengua escrita
las horas de los minutos (y, en su caso, de los segundos), se puede optar entre los dos
puntos y el punto, pero se desaconseja la coma. Así, a las nueve y cuarto corresponden
las opciones las 9:15, las 9.15 y, con los correspondientes símbolos, las 9:15 h, las
9.15 h o las 9 h 15 min.
Manual de la Nueva gramática de la lengua española (NGLE)
© Real Academia Española, 2010
© Asociación de Academias de la Lengua Española, 2010
Espasa Libros, S. L. U.
21.2.5a Para identiicar las horas se usan los nombres de los números (que son
sustantivos) precedidos por el artículo determinado. Este es singular en la una y sus
fracciones (la una y cuarto) y plural en las demás designaciones horarias, incluido el
cero: las cero horas ‘las 12:00 p.m.’. La pregunta sobre la hora se forma en singular:
¿Qué hora es?, aunque también se registra el plural en la lengua coloquial: ¿Qué horas
son?
21.2.5b Son dos, fundamentalmente, las estructuras gramaticales que se usan
para identiicar la hora en el mundo hispánico. La primera se emplea en contextos
institucionales, administrativos y técnicos, y no con la misma extensión en todos
los países. Consiste en designar mediante un número del cero al veintitrés cada una
de las horas del día:
La campaña durará desde mañana lunes hasta el próximo domingo, con horario de 10 a
14 horas y de 16 a 20 horas (País [Esp.] 12/2/1980); Elisa llegó a la estación de Atocha, en
el Talgo 200, a las 13 horas y 17 minutos del lunes 26 de marzo (Gala, Invitados); Eran las
ocho y cuarenta y cuatro minutos (Borges, Ficciones).
Para indicar los minutos, alternan en este sistema la expresión yuxtapuesta (a las
tres veinte, restringida a algunos países) y la coordinada (a las tres y veinte), así como
la presencia y la ausencia de los sustantivos horas y minutos: a las tres horas veinte,
a las tres horas y veinte minutos, a las tres horas y veinte.
21.2.5c En la otra estructura se utilizan solo los numerales del uno al doce y, a in
de evitar la ambigüedad, es frecuente añadir un complemento con de referido a la
parte del día. Estos complementos son variables en función de países y costumbres,
pero gozan de preferencia los subrayados en las nueve de la mañana, las dos de la
tarde, las diez de la noche, las tres de la madrugada (o de la mañana). A las referencias
indicadas cabe añadir del mediodía, que en el español americano suele concebirse
como un punto coincidente con las doce, y en el europeo como un intervalo de límites
difusos: Establecieron una cita para encontrarnos a las dos del mediodía (García Morales,
Lógica); A la una del mediodía, Jano se sumergía en las azuladas aguas de la
piscina (Colinas, Año). En la lengua escrita, la especiicación de la parte del día se
hace a veces recurriendo a la expresión a. m. si es antes de mediodía (las 10 a. m. = las
diez de la mañana) o a p. m. si es después (las 10 p. m. = las diez de la noche).
21.2.5d En este último sistema, las fracciones que exceden de la hora se añaden
mediante la conjunción y: las once y veinticinco de la mañana, las dos y diez. Se considera
incorrecta la variante con la preposición sobre: veinticinco sobre las once. Las
fracciones de quince minutos pueden expresarse en números arábigos, pero lo normal
es que se recurra a las palabras cuarto y media (las nueve y cuarto, las siete y
media). Cuando la fracción supera la media hora, la mención se hace habitualmente
aludiendo a los minutos que faltan para la hora siguiente: {un cuarto ~ al cuarto
~ cuarto} para las siete (variante preferida en la mayor parte de los países americanos)
o las siete menos cuarto (variante más usada en España). Las fracciones de
cuartos de hora no se usan en el sistema de numeración de cero a veintitrés.
21.2.5e Cuando se expresa la hora mediante números arábigos, las fracciones se
indican en minutos del 0 al 59 en ambos sistemas. Para separar en la lengua escrita
las horas de los minutos (y, en su caso, de los segundos), se puede optar entre los dos
puntos y el punto, pero se desaconseja la coma. Así, a las nueve y cuarto corresponden
las opciones las 9:15, las 9.15 y, con los correspondientes símbolos, las 9:15 h, las
9.15 h o las 9 h 15 min.
Manual de la Nueva gramática de la lengua española (NGLE)
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